El don del canto

Cheryl Farrell es habitante de California, en un relato sumamente motivador, su historia nos llena de consuelo y nos incita a la superación.

Su historia está llena de música, su infancia fue marcada por los himnos que entonaba en su iglesia, desde los 7 años, disfruta de la armonía de su voz con la música, su inquietud la enfoco en los festivales infantiles de su escuela, acudiendo a matrimonios y a funerales a entonar canciones propias.

Llegó a la televisión donde se incluyó a la producción de Jeopardy!, en la audiencia de Estados Unidos. Pero lo que ha movido el verdadero gusto de Cheryl, es la música religiosa, ella comparte que la música le ha ayudado en sus momentos más difíciles, siempre viene a su mente la letra de algún himno religioso.

Cheryl cumple su sueño de casarse, encontró al amor de su vida Wendell, contrayendo matrimonio a los 29 años de edad, pero una sorpresa le deparaba el destino, un ligero dolor estomacal que ella padecía, fue el descubrimiento de endometriosis, que le provocaba infertilidad. Se aferro a conseguir un bebe y se sometió a cirugía correctiva, pero tuvo que desesperar seis años para poder tener un bebe, que por su edad y la lesión en el estomago, convirtió en un embarazo de alto riesgo.

Se complicó la situación cuando sobrevinieron unas hemorragias, y se tuvo que aplicar una emergente cesárea. Cuando se encontraba en el quirófano, llovía a mares y Wendell debía trasladarse dos horas por carretera desde su trabajo. Cheryl no podía imaginar en perder a su bebe, se debía aferrar a él.

Pronto invoco una oración en letra de uno de los himnos que recordó desde su niñez. Sintió confianza de que Dios no la desampararía. Pronto mientras se sumergía en el efecto de la anestesia pudo escuchar la melodía de los himnos que ella entonaba cuando era una niña.

Recibió a su hijo, Alec llevó por nombre, aunque nació sano, lo sometieron a cuidados intensivos, cuando por fin pudieron llevarlo a casa, fue un día lleno de dicha. Los primeros años de Alec transcurrieron con normalidad, un día cuando el pequeño ya acudía al kindergarten, Cheryl se encontraba algo sentimental y mantuvo una de las conversaciones más importantes con su hijo:

 ─Hijo, te quiero enormemente, ¿cuánto me quieres?

Alec, con sus dedos señaló la distancia que hay entre sus dedos índice y pulgar.

─Oh, no me quieres tanto como yo a ti ─le dijo Cheryl.

Pero el pequeño le respondió: ─Mami, ése es el tamaño de mi corazón.

Cuando Alec creció, en su juventud, le diagnosticaron diabetes, su refugio siempre fue el canto de himnos, cree firmemente que quién cata, alaba dos veces. Pronto Cheryl s evio informándose sobre cómo ayudar a su hijo, fue por obra del destino que contribuyera con la Fundación Internacional de la Diabetes. Dos reconocidos compositores compusieron una canción titulada “Promete que me recordarás”. Esta canción fue interpretada por Cheryl y las ventas fueron recaudadas a beneficio de la Fundación.

El canto ha sido el don que le ha brindado Dios, y lo descubrió poniéndolo al servicio de los demás, todos estamos en posesión de dones que se nos han otorgado para un fin, debemos descubrirlos y aplicarlos para bien.

Datos tomados del cuadernillo “La palabra diaria”.

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