Benito Pérez Galdós – Miau

 

Antes de decir otra cosa, las primeras palabras que quisiera dedicarle a esta novela son las siguientes: excelente, genial, maravillosa, única.

Miau es una de las mejores novelas del gran Benito Pérez Galdós, eso había leído hace tiempo sobre su obra, y estoy completamente de acuerdo. Publicada en 1888 y ambientada diez años antes, la novela nos retrata a la perfección la sociedad madrileña de aquella época desde dos puntos de vista completamente diferentes: el de Ramón Villaamil y el de su nieto, Luis Cadalso. El primero es un hombre al que le faltaban dos meses para jubilarse y se ve de repente en la calle, en paro. El segundo es su nieto, un niño inocente que ve el mundo desde otra perspectiva. Ramón Villaamil vive en su casa con su mujer doña Pura, su cuñada Milagros, su hija Abelarda y su nieto Luisito. Además de ellos está el padre del chico, Víctor Cadalso, que es totalmente contrario a Ramón Villaamil, es decir, querido por todos los empresarios y con la capacidad de convencer a cualquiera.

La historia transcurre desde después del despido de Ramón, y lo que Galdós nos cuenta en estas deliciosas trescientas páginas es la profunda amargura en la que se va sumergiendo poco a poco el pobre anciano, que acude al Ministerio de Hacienda (donde trabajaba) para que le ofrezcan algún trabajo, y no le hacen caso. Ramón tiene una propuesta de mejora en la economía, pero todos se burlan de él.

El libro se titula Miau en honor a las tres mujeres que viven con Ramón, pues todas al ir a la ópera o al teatro se sientan en paraíso, hablando con voz aguda y como con la nariz encogida, es decir, parecidas a unos gatos. Es frecuente a lo largo de toda la obra el símil con animales, algunos con gatos, como esa familia entera, otros con ratoncitos, como el pequeño Posturitas, otros con un gorila, como el portero de la casa, etcétera.

El lenguaje que utiliza el autor aquí es, como siempre, exquisito, completamente adaptado al habla popular en los diálogos, completamente suyo a la hora de hacer descripciones o metáforas, completamente atractivo para narrar. Y el estilo de narración, con un narrador omnisciente que está más a favor de los personajes que el propio escritor, y que se deja ver en multitud de ocasiones, como si en vez de estar leyendo un libro el lector estuviera hablando con el narrador, es bastante ingenioso. Finalmente, otro dato que cabe destacar es el de las acotaciones teatrales: acotaciones que se supone que sólo se dan en teatro, porque son las palabras en cursiva y entre paréntesis que se le agrega a un diálogo para mayor énfasis. Pues en esta novela, como en otras del mismo autor (aparece una vez en Misericordia, por ejemplo), hay diálogos que solamente están marcados por acotaciones teatrales, es decir, a lo largo de una conversación no aparecen guiones que expliquen lo que el personaje está haciendo, sino que aparece en cursiva y entre paréntesis para enfatizar un movimiento o el empleo de un tono determinado al hablar, lo cual deja también libertad al lector para que imagine la dramatización del diálogo, como cuando leemos un teatro.

En definitiva, un gran libro, no me cabe la menor duda, y me atrevería a decir que necesario. Ojalá tengan la oportunidad y las ganas de leerlo. No se arrepentirán.

3 comentarios en «Benito Pérez Galdós – Miau»

  1. Me lo estoy leyendo en estos momentos. Al principio era para un trabajo voluntario de la universidad(una pesada obligación) pero ahora se ha convertido en una verdadera necesidad, estoy deseando saber qué le deparará el futuro a la familia Villaamil y Cadalso.
    Es un gran libro, y muy instructivo. Lo recomiendo.

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