Luis Landero es un escritor español nacido en 1948 en Alburquerque (Badajoz). Hijo de una familia humilde de campesinos extremeños que se vieron obligados a emigrar a Madrid en los años 60, el que luego se convertiría en escritor tuvo que trabajar desde muy joven a fin de costearse sus estudios. Uno de esos oficios fue el de profesor de guitarra clásica.
Sus comienzos como lector fueron azarosos: entró en una librería para buscar un libro que le ayudase a ponerse en forma, con la idea de enamorar a una chica, y lo único que encontró fue un libro de yoga. Cuando lo abrió, una vez en casa, se dio cuenta de que no le serviría de mucha ayuda, de manera que regresó a la librería y le pidió al dependiente que le devolviese el dinero; sin embargo, el librero no podía sino cambiarle ese libro por otro del mismo precio, y el que tenía más a mano en aquel momento eran las 1000 mejores poesías en lengua castellana. Gracias a ese libro, el joven inseguro que era Luis se convirtió en lector voraz que se sumergía en las páginas hasta las cinco de la madrugada, acompañado de Sinuhé el egipcio, de don Quijote y de otros muchos personajes memorables de la literatura.
Quizá gracias a esa pasión incansable por la lectura, estudió Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid y más tarde ejerció de profesor ayudante de Filología Francesa. Fue por esa época cuando empezó a concebir su primera novela, pues la única pregunta que le hicieron para saber si podría trabajar como profesor ayudante de francés era si hablaba dicha lengua, a lo que él se limitó a responder: «Viví en París», como si aquello significase algo. El caso es que entró a formar parte del grupo de profesores ayudantes y así estuvo durante un tiempo. Luego se dedicó a la enseñanza de la lengua española en un instituto de bachillerato de Madrid, y por último, hasta el año de su jubilación, impartió clases en la Escuela de Arte Dramático de Madrid. En la actualidad está jubilado y se dedica a la escritura, pero sus años de docencia no le impidieron dedicarse a la creación literaria. Prueba de ello es que, además de sus artículos en El País, escribió algunas novelas antes de jubilarse, muchas de las cuales han significado un verdadero acontecimiento para sus lectores más asiduos.
Su primera novela, ya concebida en sus años de juventud y con retazos de su vida en el campo y su llegada a la ciudad, fue publicada en octubre de 1989 en la editorial Tusquets y recibió el Premio Nacional de Narrativa, el Premio de la Crítica y el Premio Ícaro de novela. Su título es Juegos de la edad tardía, novela muy bien reconocida y acogida por el público, con la cual inicia una notable carrera literaria: Caballeros de fortuna (1994), El mágico aprendiz (1998), Entre líneas: el cuento o la vida (2000, ensayo), El guitarrista (2002), ¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004, recopilación de artículos periodísticos), Hoy, Júpiter (2007) y Retrato de un hombre inmaduro (2009). En este documento analizaremos algunos de los aspectos más importantes de su primera novela, considerada como la mejor de su producción hasta la fecha, y que ha sido objeto de estudio de la crítica literaria.