Platón y El Banquete

En el Banquete Platónico se reunieron seis personajes, todos ellos eran hombres cultos de la Atenas ilustrada del siglo V a.C., y en él  aclaran sus pensamientos sobre Eros. En esta reunión Sócrates relató su encuentro con Diotima, la encargada en introducirlo en temas eróticos, además se habló del mito sobre los orígenes del deseo heterosexual y homosexual que pone Platón en boca del personaje Aristófanes. En el mito se dice que los humanos eran en un principio seres esféricos con cuatro manos y cuatro piernas que giraban felizmente alrededor de la Tierra y eran completos: tenían la capacidad de bastarse a sí mismos. En ese entonces existían tres sexos: el masculino (descendiente del sol), el femenino (descendiente de la tierra) y un tercer sexo en el que participaban ambos (descendiente de la una). Zeus, enojado decidió dividir las clases en sólo dos, de esta forma las hizo más débiles y más útiles. Creó sus genitales de manera tal que tuvieran la calidad de seguir reproduciéndose por contacto mutuo (entre hombres y mujeres). Esto los obligaba inexorablemente a deambular por la vida en búsqueda de la otra mitad. Como consecuencia de esto Aristófanes brinda una extraña explicación sobre el amor gay:

“Por esto cada uno está buscando siempre su propio símbolo los hombres que son sección de aquel ser de sexo común que se llama andrógino son aficionados a las mujeres, y pertenece a este genero la mayoría de los adúlteros, y cuantas mujeres son, a la vez aficionadas a los hombres y adulteras.
Pero las mujeres que son sección de mujer, no prestan mucha atención a los hombres y están más inclinadas a las mujeres, y de este género proceden las lesbianas. Al contrario, los que son sección de varón, persiguen a los varones y mientras son jóvenes, al ser rodajas de varón, aman a los hombres y se alegran de acostarse y abrazarse. Estos son los mejores jóvenes y adolescente, ya que son los más viriles por naturaleza. Algunos dicen que son unos desvergonzados, pero se equivocan. Pues no hacen esto por desvergüenza sino por audacia, hombría y masculinidad, abrazando a lo que es igual a ellos. Y prueba de esto es que, llegados al término de su formación, los de tan naturaleza son los únicos que resultan valientes en los asuntos políticos. Y cuando son ya hombres aman a los mancebos y no prestan atención por inclinación natural a los casamientos ni a la procreación de hijos, sino que so obligados por la ley, pues les basta vivir solteros todo el tiempo en mutua compañía (…) Y si mientras están acostados juntos se presentara Hefesto con sus herramientas y es preguntaran ‘¿Qué es lo que quieren conseguir, hombres, uno del otro?’ (…) sabemos que ninguno se negaría ni daría a entender otra cosa; sólo creería haber escuchado lo que anhelaba desde hacia tiempo: llegar a ser uno solo de dos, juntándose y fundiéndose con el amado…”

Este artículo cuenta con fragmentos del Banquete de Platón

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