Instantes: El blues de sus tacones

El viento levanta espirales de hojarasca diluyéndose en la noche urbana. Desde el balcón veo la calle perderse entre sólidas farolas que lanzan, como cuchillos, tenues trenzas de luz sobre el húmedo asfalto. De fondo se escucha el discurso rectilíneo de un coche y todo es silencio. La noche baña la ciudad dormida con una luna ausente entre plomizas nubes furiosas. Hasta que un sonido se acerca calle arriba cabalgando entre el mullido silencio de la noche. Es un sonido acompasado, una danza invisible parece acompañalo. Aquel sonido me evoca elegantes figuras que no consigo emular  con la bruma de mi cigarrillo. Hasta que aparece ella envuelta en un gabán granate errando en la muda noche. Son sus tacones al golpear el asfalto los que anuncian su llegada. Cegando mis oídos la imagino bailando aquella danza de acordes imposibles mientras la noche baña la ciudad en un manto negro sin estrellas.

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