Diosa de Papel (III Le robaron el corazón)

 

Diosa de Papel (III Le robaron el corazón).

Los policías se ponen de pie listos para retirarse, extendiéndole a Kenny una tarjeta de presentación.

     —Gracias por su colaboración, nosotros nos retiramos. Pronto volveremos por más información. Tome mis datos, por si recuerda alguna cosa relevante, hágamelo saber.

Nora abre la puerta brindando la salida de los policías. Camina hacia el sofá donde su amiga sollozaba en silencio, pasando su brazo por sus hombros.

     —Ya no se puede hacer nada. —respira y se compone Kenny. —Son disposiciones de la naturaleza. Vivir, pero pocas cosas son eternas.

     —Amiga, sabes que estoy contigo. —dice Nora— Sé cuanto dolor debe haber en tu corazón. Pero yo soy tu amiga, recuerda que somos como las hermanas que nunca tuvimos. Lo superarás.

     —Mi madre vivió una vida simple, no luchó por permanecer eterna. ¡Yo no quiero ser como mi madre!

3.

     El tráfico vehicular en las calles de la ciudad había crecido, el ruido de los motores hacía más padecimiento al calor y al avance lento por las avenidas. El Comandante Josué Balbuena conduce su Platina modelo 2007 en color blanco, lo acompaña el agente Luis Tapia, que en el asiento de acompañante revisaba unos documentos.

     —Comandante, ¿por qué no le dijo los detalles del crimen?

     —Solo mencionarle lo de la pierna y las manos mutiladas se altero demasiado. Hubiera sido fatal que le comentara que a su madre le sacaron el corazón.

     —No concibo como puede existir tanta perversidad. ¿Primero la torturarían, o primero le sacarían el corazón para después mutilar el cuerpo?

     —Eso lo sabremos después de los resultados periciales. Lo que me inquieta es que el corazón no aparece por ningún lado.

     —El asesino pudo haber huido con él.

     —Pero para qué ha de quererlo ese maldito. En el peor de los casos es que haya sido devorado por algún animal, si es así, estamos jodidos.

     —Quizás debemos perseguir a algún cirujano.

     —O a algún demente que ve muchas películas de Hollywood.

     —No puedo creer que haya sido tan astuto como para cometer un crimen de semejante dimensión, y no dejar ni un solo rastro.

     —Su único error sería haberse llevado el corazón… en dado caso que así fuere.

 

 

 

4.

     La figura elegante y delicada de Kenny Doria era iluminada por destellos que salían de la cámara fotográfica. Ella posaba como la profesional que era, con sus fondos en color azul cielo, su cabellera suelta y la iluminación del set hacían resaltar el brillo de su pelo negro. La sonrisa estudiada y cambiante en cada cuadro la hacían ver como a una diosa terrenal. El fotógrafo suspende su acción retirándose, mientras Kenny  se dirige a Sergio, un hombre delgado de 38 años de edad, su piel blanca y de rostro lampiño lo posicionan como el eros entre las modelos de esa agencia, un ejecutivo representante de las modelos ante los publicistas. El rostro de Kenny había cambiado, después de mostrarse angelical, sonriente y dulce ante la cámara, ahora era tristeza.

Kenny trata de descansar sentandos en una silla al lado de Sergio Blasco.

Continuara…

 

 

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