Brujas Infiltradas (81 voz de trueno)

La escena que se presentó ante mis ojos fue a Carolina sentada sobre su cama llorando a gritos, al verme llevó su mano a su entrepierna y la sacó escurriendo un líquido viscozo entre sangre. La rabia se apoderó de mí al mirar de rodillas en el suelo de la recamara a Roberto, el dorso desnudo y los ojos llameantes en color rojo. Con una voz que no era la suya, como de trueno dijo algo incomprensible, mirandome fijamente, pude ver sobre su hombró izquierdo una herida de donde escurría sangre, de inmediato como un relampago volvio el recuerdo de una de mis pesadillas, la marca del maleficio, el hombro izquierdo herido por la uña del mismisimo Satanas, la marca de la posesión, caí en la cuenta de que Roberto había sido poseido.

   —¡Tú eres el culpable! —me dijo con su voz de trueno—. Entregaté a ellas.

   Simona entró de golpe a la habitación, sorprendida de la escena se llevó una mano a la boca. Roberto en un acto deseperado salta por la ventana entre trozos de vidrio y madera, dando alaridos hacia el precipicio, un golpe sordo se escucha a lo lejos al momento en que cesan sus gritos.  La vieja Simona corre a abrazar a la desconsolada Carolina. Me quedo perplejo ante la situación, lentamente me asomo por la ventana destrozada pero la oscuridad me impide ver el lugar exacto donde cayó el cadaver de Roberto. poco a poco los bervios como una corriente electrica comienzan a correr por mis venas

 

Continuará…

Autor: Martín Guevara Treviño

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