Brujas Infiltradas (41 Viernes 13)

Traté de obligar a mi cerebro a recordar, cerre los ojos  con mis manos sobre la cabeza, apoyado en el mostrador de la tienda solitaria. Todo eran imágenes vagas, ideas cortas. Mis padres muertos cuando yo era apenas un niño, el tío Camilo haciendose cargo de la orfandad de mi mi hermana menor y yo.  El accidente inexplicable que llevó la muerte a mi tío justo después de la terrible cacería de mujeres brujas. ¿Quién podría ayudarme a armar las piezas del rompecabezas en que se convirtió mi existencia? Trate de concentrar mi meditación. Recorde el miedo de infancia al «viernes 13», lo más cercano a mi terror de antaño.

     El cielo comenzó a retumbar, la lluvia amenazante de los últimos días, no cesaba. Aún corría el agua por las calles de la ciudad y la lluvia seguía, tal vez el dueño del universo se había propuesto ahogarnos y liquidarnos por completo.

     Un denso sopor se apoderó de mi pensar, el sueño me inhundó y quedé con la cabeza en el mostrador. Figuras, imágenes comenzaron a dar vuelta como tejiendo una historia en mi conciencia.

     Corria por las calles de tierra, apenas y era un mozo de trece años, al trotar logré ver mis zapatos desgastados y rotos, avanzaba rapido por la calle polvosa y solitaria. Llegué ante una casa de dos plantas, tendian de un gran ventanal unas cortinas ligeras desde la planta alta por el exterior que cubria tanto la ventana de la planta arriba y la planta abajo. Subí las escaleras en forma de caracol, despacio como si penetrará en un recinto prohibido.

Continuará…

Autor: Martín Guevara Treviño

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