Agonía

Una flor seca encuadrada en la pared

Una guitarra sin melodías

Una tacuara que adorna la cocina

Música de fondo, parece buena

las lágrimas suicidas oyen esas notas

mientras caen saladas

desde el ojo hacia la mesa

y se despiden deslizando en su mejilla

y le gritan un adiós que ella no escucha

que ella no escucha

El cigarrillo se consume lentamente

Y el humo se escapa gris y lento

Ya no hay lunas para ella

ya no hay lunas.

Su alma es una hoguera

Encendida de angustias y aflicciones

Su voz, una orquesta muda.

Vuelven esos sueños incumplidos

Esos recuerdos toscos e imborrables

Y el humo se escapa

gris y lento

Su mirada fija penetra una hoja en blanco

Una lapicera casi rota se pasea

por su mano frágil y arrugada

ya no hay fuerzas ni palabras

ni musas ni verdades

y ella se va,

débil, demacrada,

se va hacia el suelo

cae, cae lento y para siempre

y la vida se escapa, gris y lenta.

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