Textos para el Alma: Vivamos con Asombro (parte II)

Creo prudente la necesidad de mostrarle como la filosofía no surge sólo de un punto, de una ciudad, de algo físico o de un «padre» sino que, además, nace en la imaginación, en los sueños, en la infancia… 

La filosofía nació en los mercados de las ciudades-estado griegas. Pero la filosofía también nace en los jardines de la infancia. En los últimos años he tratado de llevar de nuevo la filosofía a esas dos raíces o fuentes. En este texto utilizaré la novela «Kubalmisteriet» ( «El misterio solitario», o «El misterio de los Naipes») como base para mis comentarios sobre la restitución de la filosofía a la infancia.

En «El misterio de los naipes», he contado la historia de Hans Thomas, que emprende un largo viaje al «país de la filosofía». Era mi deseo expresar algo acerca de Europa, algo acerca de la tradición y de la historia. Deseaba, de manera especial, viajar a través de las cuestiones existenciales de una manera que resultase atractiva para todos pero más para los jóvenes.

En un viaje a Atenas, Hans Thomas queda absorto ante una historia que le traslada a un naufragio ocurrido en 1790. Thomas escucha la historia de Frode, el marinero que durante 52 años ha vivido solo en una isla desierta del Caribe. La única compañía del marinero en todo ese tiempo ha sido una baraja de naipes, que de alguna forma extraña ha transformado en 53 enanos vivos y bulliciosos. Estos enanos construyen una aldea entera a su alrededor. Pero, con una excepción, ninguno de ellos puede explicar quiénes son ni de donde vienen. 

La excepción es el comodín de la baraja…

(Continuará).       

 

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