Textos para el Alma: Rápida Utopía (parte III)

Pasemos ahora a estos casi nueve años del siglo XXI que, repito, aún esta en pañales y ya no nos pertenece.

Este es un siglo sin dudas de aceleración tecnológica y científica, que se produce a un ritmo antes inconcebible. Fueron necesarios miles de años para pasar de un barco al remo y luego a la carabela, o de la energía eólica al motor de explosión; pero en unas pocas décadas se pasó del dirigible al avión, de la hélice al turborreactor y de ahí a la nave espacial… ahora se encuentra a la venta una cámara que no sólo es digital (algo impensado hace unos varios años) sino que saca la fotografía cuando uno sonríe.

Pero toda aceleración tiene un costo, y es que estamos en vías de vivir “la tragedia de los saberes separados” y cuanto más los separamos, más difícil es darse cuenta de lo negativo del asunto y más fácil es someter la ciencia a los cálculos del poder. Para que esto sea entendible aquí va un ejemplo sencillo: Un excelente químico puede crear un excelente desodorante y genera un saber (el producto deja un muy buen olor), pero no posee al mismo tiempo el saber que le permitiría al hombre darse cuenta de que su producto causa un agujero en la capa de ozono, claro esta que es una situación un tanto extremista pero es para que se entienda.

Ahora bien, el equivalente tecnológico de la separación de los conocimientos puede decirse que es la línea de montaje. En esta, cada trabajador conoce tan sólo una fase la elaboración de un producto privado de la satisfacción de verlo terminado, mucho menos pensar que algún día pueda tenerlo en sus propias manos y es que todo pasa a ritmo acelerado. ¿No pasa a veces que el día no alcanza para hacer las cosas?

Aquí aparece un fenómeno muy interesante llamado comunicación. La sociedad necesita de ella y ya es parte de esta. Claro esta que la comunicación surgió para agilizar procesos a nivel comunicacional y terminó revolucionando a la humanidad en casi todos los aspectos (observad el monstruo que es Internet.)

En la actualidad la comunicación es instantánea (producto de la vida acelerada que llevamos), esto lleva a que halla un exceso de información y que esta se convierta en espectáculo confundiendo muchas veces información con diversión.

Acción a distancia, comunicación, rapidez, línea de montaje, triunfo de las masas, ciencia y tecnología… todo esto hizo posible el Holocausto.

La persecución racial y el genocidio no fueron inventos de la actual generación sino que heredó del pasado el hábito de blandir la amenaza. Basta con recordar lo que sucedió en Alemania con Adolf Htler, los nazis y los judíos analizando como se valió el dictador para realizar el genocidio: buscó el consenso sirviéndose de los medios de comunicación, fue rápido, tecnológicamente eficaz y obtuvo el consenso de la mayoría y de la ciencia.

Acción a distancia, comunicación, rapidez, línea de montaje, triunfo de las masas, ciencia y tecnología…Holocausto.

(Continuará).

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