Primavera de un Amor

En un abril de despertares

Vaporoso brilla Don Lorenzo

Acariciando imposibles jardines

Tiñiendo de oro al viento.

Una promesa quedó al aire,

Un suspiro clavado en las carnes.

Anhelando las noches de verbena

Miradas vacias, en tinta brumosa.

Allí fue, en ese instante indeciso

Donde ardió mi poesía.

Cenizas de versos marchitos.

Cenizas de lechos vacios.

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