nada de adioses

Nada de adioses

la mente viaja cabulera y dormida
a contramano sobre la avenida vacía
su estrella es la misma que alumbraba mis noches
su estrella es la misma

sus ojos danzan en el desconcierto
de una sinfonía sin arpegios ni bemoles
su lógica es esta:
la lógica no existe.

Pero sus manos frías, abrazan al que llega
y sus viejas cabalgatas de infinitas entregas
enfrentan a la vida con notable gallardía.

Instantes de tiempos olvidados,
Superlativa repetición de frases inocentes
va despidiéndose en cada bocanada
de humo de tabaco placentero
dejando el fruto en su imagen estampada
en el submundo de los que estamos fuera

por eso vieja, acordemos el saludo:
nada de adioses,
será siempre un hasta luego

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