Los versos de oro III: Miguel Hernández.

De nuevo nos volvemos a ver en nuestra pequeña parte del viernes, pequeña parte que puede llegar a ser grande si nuestros poetas nos acompañan, los poetas de oro, los que escriben los versos de oro que aquí plasmamos. Hoy, Miguel Hernández, sin ir más lejos, sin dar ningún rodeo, el mejor poeta de su tiempo. De recuerdos, pues, nos hablará un soneto de nuestro poeta invitado para este día. De recuerdos de amor exactamente.

Si estuviéramos en una entrevista en un programa literario de radio, yo, como locutor y entrevistador, podría preguntarle entre sorbo y sorbo de café: ¿por qué nos traes hoy, don Miguel, un poema de amor, y no tu famosa elegía? Seguramente, muchos lectores estarán pensando eso, si Miguel Hernández escribió una grandísima elegía para su amigo Ramón Sijé, ¿por qué no está ésta hoy aquí plasmada, y en su lugar hablamos de un soneto de amor? Yo mismo os respondo. Para empezar, porque creo que no es momento de hablar de la muerte, por cuestiones más personales que profesionales –perdonen la digresión–, pues hace poco hemos presenciado todos mis amigos una muerte cercana, y no creo que sea el momento. Y en segundo lugar, porque cuando abrimos esta sección, hace hoy tres semanas, dijimos que consistiría en recomendar poemas relativamente cortos, y la Elegía a Ramón Sijé es un poema más bien largo. No obstante, tomo nota, porque es, para mi gusto, el mejor poema que escribió Miguel Hernández, y alguna vez aparecerá en esta sección, dentro de un tiempo.

Hablábamos, pues, de amor y de recuerdos. Miguel Hernández, al igual que supo plasmar el sentimiento por la muerte de su amigo en su gran elegía, tanto como en otras, también supo plasmar el sentimiento del amor en sonetos como éste. Su título es ¿Recuerdas aquel cuello? Y es, para mi gusto, un gran soneto.
Con rima regular, consonante y perfecta, el poeta describe el beso que no pudo llegar a dar, y refiere el momento en que lo intentó.

Este poema, que se encuentra en su libro El rayo que no cesa, en el cual también está la elegía de la que hablamos más arriba, tiene un mensaje muy significativo para el hombre: recordamos un momento, y lo podemos recordar con una exactitud y certeza máximas, pero lo que no podemos recordar, ¡ay de nosotros!, es la sensación que éste nos produjo. Podemos recordar un beso como éste, pero no podemos recordar la sensación de envolvernos en el interior de ese cuello y entre los besos de la receptora. Es una sensación que el hombre, por desgracia, no puede recordar. Y como Miguel no la pudo recordar, además de por este motivo, porque no llegó a dar el beso, pero sí se acordaba del momento, lo supo plasmar magistralmente en este soneto.

Volviendo a la situación del programa de radio, si le hiciéramos la pregunta que más arriba revelamos, el poeta nos contestaría, posiblemente, lo siguiente: si hay algo de lo que merece realmente la pena hablar, eso es el amor, y no la muerte. Quizá hubiese sido ésa la respuesta. Pero el caso es que hoy no toca hablar de la muerte, y por eso la elegía no aparecerá aquí. En su lugar, para hablar del amor, como ya hemos hablado, vamos a leer el siguiente soneto.

Espero que les guste.

¿Recuerdas aquel cuello?

¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria
del privilegio aquel, de aquel aquello
que era, almenadamente blanco y bello,
una almena de nata giratoria?

Recuerdo y no recuerdo aquella historia
de marfil expirado en un cabello,
donde aprendió a ceñir el cisne cuello
y a vocear la nieve transitoria.

Recuerdo y no recuerdo aquel cogollo
de estrangulable hielo femenino
como una lacteada y breve vía.

Y recuerdo aquel beso sin apoyo
que quedó entre mi boca y el camino
de aquel cuello, aquel beso y aquel día.

7 comentarios en «Los versos de oro III: Miguel Hernández.»

  1. Jorge, excelente el poema que dejaste y absolutamente plausible la iniciativa de rescatar poetas todas las semanas. Eso nos da fuerzas para seguir escribiendo con los pies colgando de la luna. Un abrazo. Rodrigo.

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  2. a mi me gustann estos poemas no estan mal para mi cole necesito un poema corto para recitar pero son muy largos y casi no los esntiendo no les en cuentro el sen tido
    lo del cuello tan poco
    y eso que yo soy muy lista os lo guro que alguien me lo esplique porfa

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  3. eso es no comprender a Miguel Hernández…así va el mundo si no somos capaces de entender un poema…habla de momentos e instantes que se convierten en eternos con solo vivirlos con aquella mujer que uno ama, como un cuello y un beso se convierten en fuente del deseo y de la pasión…pero mejor no piensen así serán felices

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