Un libro realmente ya reconocido mundialmente, abre las puertas de un rinconcito de nuestro corazón que con un final sorprendente atrae la lectura, tanto a jóvenes lectores como a adultos. Dejó mi crítica y porsupuesto, sin desvelar el final, ese final que únicamente lo conoceran aquellos que lo lean, o aquellos que lo hayan leído.
Descubrí que mucho más allá de lo que cuentan, pueden crearse historias parecidas pero a la misma vez muy diferentes…
Por momentos me entraron ganas de ser aquel niño inocente e iluso, aquel niño que creía todo lo que no veía. El pequeño gran explorador hambriento de descubrir cosas nuevas, cosas que le hiciesen comprender el mundo en el que vivía.
Es dificil reflexionar sobre una historia de este género, pero me gusta. Me gusta poder imaginarme a Bruno, a Gretel, a María, a Pavel… a Shmuel.
Me gusta sentirme afortunada de no haber vivido en aquella vida y en aquellas pieles, y tambien afortunada por descubrir, que aunque esto sea solo una historia ciertamente creo en que existian personas así. Personas como Bruno y tristemente, personas como Shmuel.
Verdaderamente, una historia que no pasará al olvido, una historia real al mismo tiempo que ficticia, una historia preciosa y una historia admirable.