Paul Auster – El cuaderno rojo

El cuaderno rojo (Editorial Anagrama, 1994)

Paul Auster es un escritor controvertido. Alcanzó repercusión mediática con su Trilogía de Nueva York, publicada entre 1985 y 1986, y con la que logró una gran popularidad a nivel internacional.

Auster es un autor de una obra prolífica. Ha publicado novela, ensayo, poesía, teatro o guiones de cine, acumulando casi cuarenta obras desde 1976, año en el que publicó Jugada de Presión bajo el pseudónimo de Paul Benjamín. Pero de toda su creación, me detendré en El cuaderno rojo, publicado en castellano por Anagrama en 1994.

Este libro está compuesto por trece relatos breves en los que el autor pretende mostrar las paradojas de la vida o la influencia del azar en los actos mundanos. Este tema, en el que Auster se siente tan cómodo y sobre el que ha creado alguna de sus obras, como la Trilogía de Nueva York, es llevado en este trabajo a su mínima expresión: al mero apunte biográfico. Los personajes, siempre en el límite de lo real, están envueltos en situaciones en las que se plantea la duda de si la realidad supera a la ficción. Para hacerlos más creíbles, traza las historias sobre su propia biografía y en ellas aparecen su estancia en Francia, su trabajo como traductor, su Nueva York de residencia o su propia mujer, la también escritora Siri Hustvedt. Con todos estos datos, el texto, muy reducido en su extensión, nos muestra parte de la biografía del autor. El estilo de redacción y el lenguaje son sencillos, sin estridencias, lo que lleva a pensar al lector si realmente está leyendo un libro de relatos o es un mero “cuaderno rojo” de apuntes para otras obras de mayor envergadura.

Destacaré de entre los relatos el número dos. En éste se nos muestra a un Auster que trabaja en una granja francesa al tiempo que realiza labores de traductor. Los problemas económicos le llevan a situaciones extremas que sólo el azar es capaz de solventar con cierto sentido. Además se podría comprender como una metáfora de la vida del escritor: se acepta el trabajo con la esperanza del disfrute y el éxito, el sistema pone sus reglas hasta llevar al autor a situaciones de duda y sólo la visita incontrolable del éxito, presentado aquí como un fotógrafo de National Geographic, es capaz de permitir que el autor continúe con su trabajo. Además, este éxito no es liberador de las miserias, sólo permite seguir alimentando el deseo del artista.

La lectura de este libro nos muestra que mantener el nivel en la obra de un escritor es algo muy difícil de lograr. Cuando García Márquez confesaba en la publicación de sus Doce cuentos peregrinos, que habían sido obras que durante mucho tiempo le habían perseguido, pero que en ningún momento había sentido la seguridad de publicarlos. Fueron casi veinte años después de iniciar su escritura lo que tardó en publicarlos. Es esta actitud de García Márquez la que nos muestra la necesidad de recapacitar sobre la propia obra, para evitar la publicación de trabajos menores, como puede ser ésta de Paul Auster.

Por último, cabe destacar que Justo Navarro, traductor y prologuista de la obra, en un rapto de imitación creativa, nos introduce en su lectura mediante un texto que podría ser un ejercicio de estilo en el que, imitando a Paul Auster, nos introduce la figura del escritor estadounidense mediante un relato que bien podría formar parte como relato número catorce.

En conclusión, me atrevería a decir que estamos ante una obra fallida de Paul Auster. Mostrando unas historias que podrían servir como ejercicio para la creación, ya que presentan la anécdota sin más, sin el trabajo que el escritor debe realizar para que se conviertan en verdaderos hallazgos literarios.

6 comentarios en «Paul Auster – El cuaderno rojo»

  1. Estos relatos no los he leído, pero sí otras obras de Auster que me han dejado buen sabor de boca, sobre todo «Brooklyn Follies».

    Estoy de acuerdo en que no hay que precipitarse en la publicación y dejar madurar las obras. Es la única manera de sacar algo digno. Un ejemplo es el paisano común al que tanto admiramos y queremos: Miguel Espinosa. Dieciocho años dando vueltas a «Escuela de mandarines».

    Besos siempre, donde quiera que estéis.

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  2. Genial reseña, no he leido este libro, aunque soy una seguidora de Paul Auster, bueno, para ser sincera puntualizo. Era una seguidora de Auster hasa su penúltimo libro. Para mi el Auster de ahora no es aquel que me hacía soñar. Recuerdo que empezaba un libro de él (El palacio de la luna, Leviatan, etc)y no podía dejar de leer hasta el final. Era adictivo, pero ya no lo es y siento algo de pena.

    Por cierto Isabel, tengo el libro de Espinosa hace tiempo en casa pendiente de leer, pero no me atrevo ¿lo has leido tú?

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  3. Madi, no dejes de leer ese libro de Miguel Espinosa. Da muchas claves del mundo.
    Sí, lo leí cuando era joven -19 o 20 años- y lo he releído por partes muchas veces. Es como una Biblia de consulta espiritual.

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  4. Perdón por las prisas, como ya dije estoy de traslado. Voy para Barna y cuando esté allí os contesto.
    Por favor, leed a Espinosa hasta que sea como de la familia. Es un escritor de sombrero.
    Salud

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  5. No creo que El cuaderno rojo sea una obra fallida. Tal vez sí, una obra menor. Desde luego, no es lo mejor de Auster. Pero tampoco es lo peor. Es verdad que los relatos de El cuaderno rojo son bocetos a los que les falta «trabajo» para poder aspirar a ser obras mayores. Pero otras obras suyas muy trabajadas tales como Tombuctú o Viajes por el Scriptorium son, a mi entender, obras fallidas.
    En fin, Paul Auster es un grande, con alguna obra pequeña y alguna otra fallida.
    Gran reseña, en todo caso.
    Saludos.

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  6. Blanco, estoy contigo y suscribo tus palabras. No es la peor obra de Auster, pero tampoco lo podría decir ya que no he leído toda su obra. De hecho, sí que leí Viajes por el Scriptorium y, como a tí me pareció que no era digna de el autor. De cualquier modo podríamos proponernos reescribir el cuaderno rojo y crear el libro rojo de Auster.

    Saludos y gracias por tu lectura.

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