Cincuenta años… y como si nada.

Nació en Moguer, Huelva, el 23 de diciembre de 1881 y murió en San Juan, Puerto Rico, el 29 de mayo de 1958. Fue el mejor poeta de su tiempo y todos los posteriores tomaron su ejemplo desde una u otra perspectiva para su creación lírica e incluso prosaica. Autor de Platero y yo y de Eternidades, entre otras obras –maestras todas, dado el ingenio del poeta–, sufrió durante toda su vida depresiones nerviosas y una gran debilidad física. Depresión es la que sufriría yo si supiese que cincuenta años después de mi muerte, tanta gente que me ha seguido, tanta gente que me ha leído, tanta gente culta que sabe que he existido y que he servido para algo tan exquisito como es la literatura, si supiese, decía, que nadie, absolutamente nadie, ha celebrado tal acontecimiento con ningún homenaje. Hablo –para los más desorientados, que no despistados– de Juan Ramón Jiménez, uno de los Poetas con mayúsculas que ha tenido nuestro país –España– en su placenta.

Se han publicado libros, se han conservado miles de manuscritos del poeta, se han reeditado todas sus obras –lo cual es lo más importante para que un autor siga siendo leído–, se han nombrado y renombrado poemas suyos, se han declarado seguidores del genio, pero no se ha hecho nada por este día. Veintinueve de mayo, hoy, día exacto en el que murió, ha ya cincuenta años, el poeta Juan Ramón Jiménez. JRJ, XRX, el poeta de la poesía pura, desnuda, el poeta del 14, el poeta rey de todos los poetas que le siguieron –de la mayoría, al menos–.

Así ha aparecido la declaración de su sobrina nieta, que se encarga de la herencia tan impresionante que dejó el poeta. Es sorprendente que hagan homenajes a gente que menos se lo merezca que este personaje, porque fue un personaje durante toda su vida, un personaje del que brotaban unas ideas que ningún poeta de los de ahora podría plasmar en un papel con el mismo arte.

Quien lea esto podrá pensar perfectamente que alabo con creces a Juan Ramón. No le alabo, es más, no le sigo en mi poesía porque no me gusta toda su obra. Pero no deja uno de comprender que se han cumplido cincuenta años de la muerte de un genio, que más o menos bueno, más o menos leído, más o menos alabado, o más o menos consagrado por unos más que por otros, pero genio con todos sus fonemas.

¿Qué quiero decir, pues, con el párrafo anterior, y qué quiero decir, más importante aún, con los anteriores a ése? Que se merece un pequeño homenaje al menos, que aunque haya gente a la que no le guste leer su poesía –o no le guste leer poesía en lo que engloba al género–, la gente conoce su nombre por una u otra razón, pero lo conocen. Es, por tanto, un delito –y en cursiva lo plasmo– no hacer nada para rememorar el arte de este señor, con un buen Don a la cabeza –un Don que viene de dominus (señor), y que es lo que mejor describe a Juan Ramón–. Baste, pues, decir que, pese a que no me parezca a mí –a mí, he dicho, personalmente. No quiere decir que mi opinión sea la que manda, pero sí es la que escribe– el mejor poeta que haya tenido nuestra literatura (he dicho que uno de los Poetas con mayúsculas, pero hay mayúsculas más grandes que la suya, en mi opinión), habría sido un buen detalle hacerle un reconocimiento más a don Ramón, o don Juan, o señor Jiménez, como guste.

Nada más, nada que decir, sólo informar de la gravedad del asunto. Se le hace un homenaje a Rocío Jurado porque ha sido un personaje reconocido, pero no se le hace un homenaje a un verdadero artista. En fin. Viva cada uno con su conciencia…

3 comentarios en «Cincuenta años… y como si nada.»

  1. ¡Hola camarada!

    Estoy totalmente deacuerdo contigo. En este país, al igual que en todo el mundo, parece ser que solo son dignos de homenaje todas aquellas figuras mediáticas capaces de generar mucho dinero. Te podría decir miles de ejemplos, pero no es necesario porque tú sabes perfectamente a lo que me refiero.
    No obstante, quiero romper una lanza en favor de algunas asociaciones minoritarias que de un modo u otro rinden ciertos homenajes a personas importantes en el mundo de la literatura. Pero claro, el alcance social suele dejar mucho que desear.

    En mi parecer, Juan Ramón Jimenez es una figura bastante importante en nuestra historia de la literatura. Nunca olvidaré aquel verano de adolescencia en el que me sumergí en el fantástico relato de «Platero y yo» con ese principio:

    «Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro»

    Creo que esa parafada nunca la olvidaré, pues es recuerdo de mi juventud. Ademas, más adelante cuatro roqueros adoptaron ese nombre, grupo del que me considero un gran admirador.

    En mi lista de poetas favoritos e influyentes, Juan Ramón, ocupa el tercer lugar, después de Machado y Neruda.

    Por último, volver a recalcar que estoy totalmente deacuerdo contigo y me gustaría proponerte una cosa…
    Se trata de crear algo parecido al club de los poetas muertos. Por causas de distancia nos resultaría imposible coincidir en una cueva y bajo el fergor de una vela, recitar versos de los grandes. Pero cada uno, desde su casa, podríamos leer un poema (Elegído por ambos) justo cinco minutos antes de las doce de la noche y en el aniversario de la muerte del poeta a tratar (Pues sería hacerlo en el aniversario de cada poeta)

    Por mi parte es una costumbre que a partir de ahora voy a imponerme, te animo a que participes también, tú y todo el mundo que este interesado. Así haríamos justicia a las grandes figuras, maestros de escritores, soñadores en un mundo de naúfragos.

    Atentamente, Sol de infancia.

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  2. Hola, compañero.

    Muy agradecido con tu comentario, totalmente agradecido. He de decirte que Juan Ramón Jiménez también me gusta, he leído muchos poemas con los que se me han derramado las lágrimas, y pocos poetas han conseguido eso. Pero creo -considero personalmente- que Antonio Machado, Luis Cernuda, y sobre todo Ángel González -el Arcángel de la poesía del cincuenta, muerto recientemente- tienen prioridad más que absoluta sobre Juan Ramón. O por ejemplo, Miguel Hernández, que es otro factor importante en nuestra literatura.

    Estaría de acuerdo con tu propuesta del «club de los poetas muertos». Sería un honor leer poemas en voz alta, buenos poemas. Te comentaré en privado acerca del tema para terminar de zanjarlo.

    De nuevo, muchas gracias por tu comentario. Nos veremos en los textos.

    Un abrazo enorme, compañero.

    Jorge

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  3. Hola camarada.

    Me encanta que estés interesado en mi propuesta.
    Ya iremos concretando fechas y poemas…

    También decirte que hace poco descubrí la poesía de Luis Cernuda y es apasionante. Sobre todo una serie de poemas dedicados al desamor. Es genial compañero. Viva la poesía y viva Luis Cernuda.

    Nos vemos por los libros
    Un saludo.

    sol de infancia

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