Brujas Infiltradas (18 Recuerdo)

—El párroco se encuentra en cama, por desgracia no soportó el impacto, es un hombre viejo. —me miró a los ojos para que mi atención completa estuviera en él—. Ayer llegó el cadáver de un hombre joven, muerto por razones inexplicables. Pero en realidad fue muerto a manos de una de esas mujeres malditas. Por la noche cayó otra victima. No podemos esperarnos a que sigan haciendo daño. Es hora de actuar.

     Me pongo en pie repentinamente, no puedo soportar la impresión que me causa aquella información. El sacerdote se levantó de su asiento y tomando mis manos me coloca una pequeña tarjeta de presentación.

   —Toma, comprendo por lo que debes estar pasando. Recuerda que la casa de Dios esta abierta las veinticuatro horas del día. Puedes venir cuando te plazca. Sé que lo harás.

     Salgo de la iglesia sin decir una palabra más, durante el recorrido a casa he tratado de acomodar mis ideas e intentando por todos los medios que la confusión no me arroje a una nueva crisis nerviosa. Se presentaba ante mí un panorama que no era ajeno a mi vida, pero del cual el dolor me había producido perder mi profesión y gran parte de mis sueños.

     Antes de entrar en casa recojo la correspondencia, un montón de sobres que puse sobre la mesa de centro de la sala de estar, mientras me siento tratando de exhalar la mayor cantidad de aire que puedo. Simona me saca del ensimismamiento anunciándome la comida.

   —Gracias, Simona.

 

Continuará…

 

Autor: Martín Guevara Treviño

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