Brujas Infiltradas (13 El día siguiente)

   —No te sonrojes. Es meramente que quiero que me cuentes todo lo referente a tu tío Camilo. Tal vez, algunos de sus secretos.

   —El tío era un tipo discreto, y la verdad no creo que tuviera algún secreto. ¿Por qué el interés? Ni siquiera sabes quien era mi tío.

   —Sabemos más de las personas cuando ya están muertas.

     Se levanto de su lugar y avanzo escaleras arriba. Fue en ese momento cuando me percate que caminaba descalza, y lo peor aún, que sus pies estaban llenos de lodo. Volvió su rostro como si hubiera identificado mis pensamientos, y a partir de ese momento un profundo sueño me envolvió perdiéndome en la pesadumbre.

 

2

 

     El cielo amaneció nublado, daban las 7:24 horas, la lluvia ha cesado. Después de desayunar, salí con dirección a la tienda de vinos. Recorrí despacio las calles de la ciudad. Nuestra joven huésped salió primero que yo de la casa, hacia la oficina de gobierno para realizar sus trámites, así que no pude cruzar palabra con ella esta mañana. Algo turbio rondaba en mi cerebro, un sentimiento de desconfianza comenzó a abrir camino en mi lucidez. Algo comenzaba a andar mal, el aire de la ciudad había cambiado de aroma, algo maléfico fraguaba un golpe mortal.

     La modesta tienda de vinos está en el centro de la ciudad fronteriza, en la acera de enfrente hay un local donde una mujer lee las cartas, el bullicio se apodera de las calles en un ir y venir de automóviles y de peatones.

Continuará…

Autor: Martín Guevara Treviño

1 comentario en «Brujas Infiltradas (13 El día siguiente)»

  1. Pingback: Brujas Infiltradas (12 Noche de infierno)

Deja un comentario