Textos para el Alma: Corrupción y política (parte II)

La corrupción política no es algo que sólo pasa en una pequeña porción del planeta o afecta sólo a un puñado de naciones… muy por el contrario, la corrupción nos afecta a todos y cada vez es mayor.

De Asia, Africa y Medio Oriente se dice, por lo general, que son regiones de corrupción total. Pero ésta es una generalización excesiva que se aplica mal a países en que el cargo político todavía es un apéndice de la riqueza, del linaje, y de donde es normal que la política sea una fuente y un medio para conseguir riquezas.

Sin embargo, cuando sí se aplica correctamente el calificativo de «corruptos», entonces presenta dos aspectos. Por un lado tenemos funcionarios civiles y políticos que se prestan al soborno, a los que se «compra» para que hagan o no hagan algo y, por otra, tenemos políticos que extorsionan por dinero para sus carreras políticas y que, en el proceso, roban además para ellos mismos.

Otra generalización cabe para América Latina cuando se dice que hay corrupción rampante. En 1983, el presidente de Brasil, Fernando Collor, junto con el presidente de Venezuela, Carlos Anrés Pérez, fueron obligados a dejar el cargo al acusárseles de corruptos. La corrupción es igualmente un grave problema en Argentina y en muchos países otros países latinoamericanos.

En Europa, el sistema de partidos italiano ha sido literalmente barrido del escenario, también en 1993, por los escándalos de corrupción.

Por su parte, Japón también fue afectado por acciones irregulares de sus políticos.

A esta lista, habría que añadirle los regímenes comunistas, que han sido muy corruptos, y que la caída del comunismo lo único que ha hecho al respecto, si es que algo ha hecho, es intensificar la corrupción.

Como ven nadie se salva. Sin embargo, esta claro que hay países que han resistido a la corrupción mejor que otros. La generalización que se escribe en estas líneas se basa en una tendencia desigual. No obstante, la política sucia del dinero sucio ha ido en aumento durante bastante tiempo. Hay tres razones para ello.

(Continuará).

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