La Granja 2 (Dinero)

Se comenzaron a congregar los caballos, las gallinas, los cerdos y los borregos que nunca faltan a los eventos masivos, y así un montón de animales.  Corrían, relinchaban, mugían, cacaraqueaban, rebuznaban, balaban, todo a un mismo tiempo. El mitote se había armado, y no tenía precedentes.

     Una gallina tomó la voz de mando, por ser ella de la clase más trabajadora y por lo tanto, la más ofendida por el robo de los huevos (repito, valor monetario de la granja).

     Y la gallina esponjó su plumífero cuerpo abriéndose paso entre la multitud, comenzando su perorata:

    “Este país está de cabeza, ahí tienen los videos como prueba contundente y los políticos usan su fuero, los abogados aprovechan cualquier error en la ley para agarrarse de ahí; ahora andan como si nada. Cosa contraria con una cantante en Chihuahua que sin tener pruebas contundentes en su contra, ha pasado casi 5 años en la cárcel, solo porque una mujer hambrienta de fama aparece en la televisión diciendo que dicha cantante la violó, la raptó y la corrompió. (Nada comprobado). Todo indica que aquí primero nos refunden en el húmedo presidio antes que todo, y podemos pasar media vida encerrados esperando un juicio, pero a los políticos trinqueteros nadie les hace ni pío”.

     Una gallina cubana grita desde el tumulto: “¡Yo pensé que aquí iba a ser mejor que en mi país!”.

      De pronto llega un contingente de Perros, miembros activos de la AFI, (Agencia de Fauna Internacional), se dirigen y aprehenden a la Gallina que llevaba la voz de mando, acusándola de agitadora, y traición a la patria. (Después inventarían otra cosa, que sí la pudiera mantener muchos años en la cárcel).

     Todo se vuelve un revoltijo de animales. Las gallinas jóvenes trataban de impedir la arbitrariedad, pero las gallinas viejas y con experiencia aconsejaban: “Para poder luchar así contra los que tienen el poder necesitas huevos, (moneda de la granja), para mover abogados”.

     Algunos Gatos cubrieron su rostro con calcetines que alcanzaron brincando, arrancándolos del tendedero de ropa, haciendo saltar las pinzas de madera destrozadas por doquier, blandiendo sus afiladas garras y esponjando su pelambre, pero el contingente de Perros era enorme y disipó la multitud rociando gases de zorrillo, que comprimido en pequeñas capsulas arrojaban a los manifestantes.

     Uno de los caballos, encolerizado incendio la carreta de carga, haciendo con ella una gran barricada ardiente, conteniendo un poco el avance de los Perros policías. Pero no fue suficiente, el gran contingente armado y muy bien equipado avanzaba sin dificultad, disipando poco a poco la manifestación. Habían cumplido su objetivo, llevaban a su presa, la Gallina revoltosa, (aunque en esos momentos le quedaría bien, nombrarla la Gallina revolcada), esos Perros ya le habían dado su terapia de rigor. Pero ella más que el susto la mantenía la dignidad, en su conciencia no se sentía culpable por nada.

     El cuerpo de Perros policíacos, sometió a la Gallina agitadora, casi rompiéndole los huevos en su vientre, a patadas, con lujo de violencia amenazaban con abusarla, traspasándola, convirtiéndola en un pollo rostizado. La introdujeron en un vehiculo extraño, sin identificación oficial y la llevaron a dar una paseadita.

     Después desistieron los jovenzuelos, porque a final de cuentas tenían razón los viejos, para luchar de corazón por el bien del pueblo, se necesitan muchos güevos.

     Hoy en día, nadie sabe de esa gallina, ni del proceso judicial que le dieron, otros dicen que apareció muerta en Ciudad Juárez.

 

F I N

 

Autor: Martín Guevara Treviño

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