Juan Bas – Tratado sobre la resaca

Como dije en el último comentario al escritor Juan Bas –si realmente era él– en el artículo de Citas Caprichosas la pasada semana, hoy, domingo, les hablaré de uno de sus libros: Tratado sobre la resaca. Es, hasta la fecha, el único libro que he leído de Juan Bas, pero me ha dejado buen sabor de boca –aunque suene a paradoja por el mal sabor que nos suele dejar, normalmente, la resaca–, así que no será el último que lea de él.

Tratado sobre la resaca es un escrito a modo de ensayo en el que el autor nos explica qué es realmente una resaca. Ese clavo que se nos clava por la nuca y no nos deja descansar tranquilamente, ese clavo que nos atraviesa la cabeza y nos deja un constante malestar. Ese clavo es la resaca. A partir de este clavo, hay diferentes tipos de resaca. A eso dedica el autor un gran apartado del libro, digamos que la parte principal, en la que analiza con detenimiento los tipos de resaca que existen. También propone medios para evitar esa resaca. Mejor dicho, para hacerla más llevadera.

Me ha resultado una lectura agradable, divertida, y he soltado alguna que otra carcajada con los comentarios que agrega el autor en ciertas ocasiones, como, por ejemplo, cada vez que pone un ejemplo con una persona que suele tener nombre de color. “El señor Azul” o “la señora Violeta”, por ejemplo –no recuerdo si exactamente esos dos aparecen, pero muy parecidos los hay–.

Por otra parte, también tiene un apartado en el que hace un recorrido histórico hablando de la resaca, otro apartado en el que habla de las diferentes formas de llamarla en muchos idiomas. Es, en definitiva, un libro divertido, que se puede leer en poco tiempo –yo tardé dos tardes– y que tiene bastantes curiosidades, porque a todo el mundo se le pueden ocurrir formas para hacer la resaca más llevadera, pero nadie lo ha escrito en un libro. Y además, como supongo que les habrá ocurrido a algunos presentes, me he sentido identificado en más de una ocasión al ver cómo se describen ciertos casos. Es, quizá, lo más divertido. Alguien que no haya tenido nunca una resaca no puede ver en este libro diversión alguna, pero para aquellos que sí la han tenido, o que sí se han embriagado alguna que otra vez, sí pueden divertirse bastante con esta lectura, que recomiendo firmemente.

Se habrá sentido el autor orgulloso de sí mismo y de su libro si ha vuelto a recorrer estos espacios dedicados a la literatura, así que, si se ha dado el caso, le agradecería que volviera a hablarnos, pues nadie mejor que él puede hacernos un comentario sobre su propia obra. Ha sido un placer haber leído este libro, y será otro placer, imagino, leer Alacranes en su tinta, por ejemplo.

Espero que les guste la recomendación, y en ese caso, espero que les guste la lectura de este libro. Merece la pena por la curiosidad que lo caracteriza.