Instantes: Una triste noche…

La noche que me acosté triste la carretera era un batir de luces hacía ningún lado, un carril oscuro donde uno se desplaza por la propia inercia de las rectas y en pequeños trances vuelves a la realidad observando que no sabes donde estas y continua el movimiento por inercia. La vida burbujeaba a mi alrededor acartonando los sueños.
La noche que me acosté triste había olvidado quien era y el motivo de mi existencia se me mostraba difuso e incoherente.
La noche que me acosté triste paseaba la mirada por los libros sin encontrar nada, solo polvo, tinta y olvido.
La noche que me acosté triste había olvidado los besos y el amor, la amistad, el deseo de una época, la incertidumbre del futuro. La noche que me acosté triste no soñé y las estrellas no salieron, ni la luna. La noche que me acosté triste me acordé de ti, dormí profundamente.

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